Noche
armoniosa en las comarcas
Del
sentimiento, dulzor amargo
La
naranja en mis manos.
Gajos
ásperos y jugosos
Emocionan
a mi ombligo,
Sobrepone
esperanzas
A
mi masculino pensamiento.
A
noches mojadas por un rio
Caudaloso
lleno de peces en celo.
Y
sobrevivo al veneno de la sal
En
tu piel, a esas armoniosas
Redondeces
que vuelve estúpidos
Mis
sentidos, especialmente uno
Que
no pude nunca controlar.
Noche
descontrolada en las sabanas
Oscuras,
bañadas de sudor, de blanca
Reproducción
sin concebir,
Tan
solo de alterar y revelarse
A
la mediocridad del día,
A
la rutina sin goce de cuerpos
Deformes
sin distinguir que
La
pasión es parte del sufrimiento.